viernes, 17 de abril de 2015

Arte, tatuajes y rock and roll

La obra 'Warum ist mir nichts eingenfallaen?' estará expuesta al público del 21 de marzo al 14 de junio




La instalación 'Warum ist mir nichts eingenfallen?', hecha de manera conjunta por el artista vallisoletano Julio Falagán y el artista austríaco Kurt Lackner, se expone en el Museo Patio Herreriano en Valladolid. La obra empieza a fraguarse en el centro Atelierhaus Salzamt de Linz, lugar elegido por Falagán para realizar una residencia de artistas de CreArt entre agosto y septiembre de 2013. 


Esta obra fue posteriormente elegida por el comisario portugués Miguel Amado para ser expuesta en la segunda edición de CreArt 'White Noise Black Words', que a lo largo de este año se ha presentado en Lituania, Croacia y Rumania. La instalación site-specific se ha ajustado a las características de cada espacio a la vez que se ha ido nutriendo de nuevos recortes de anuncios encontrados en las calles y fotografías antiguas recogidas en mercadillos y anticuarios de diferentes ciudades. 

Lackner y Falagán señalan como principales influencias de su obra las portadas de discos, tatuajes y camisetas de rock y afirman no tener muy en cuenta la diferencia entre el Arte con mayúsculas y el arte popular. No ocultan su admiración por el Pop-Art, Peter Blake o Kurt Schwitters, ni que el secreto de su arte reside en la improvisación, en no tener un plan, simplemente buscar, recopilar y crear.  

A ritmo de garage-punk, dan rienda suelta a su genio mientras ojean revistas y periódicos viejos de los que brotan imágenes inspiradoras que, posteriormente cortan con un bisturí y las pegan entre sí.  

Linz y Valladolid unidas por la irreverenciaFalagán se decanta por lo mediocre, desechos de la cultura y de la sociedad para desde ahí formular dilemas universales, construyendo a través de sus obras una crítica al sistema social y cuestionando dogmas aparentemente sin fisuras que no dejan de ser, a sus ojos, encrucijadas banales. 

Su obra parece decir a gritos que lo sustancial reside en ocasiones en lo insignificante, en anuncios en los que se ofrecen habitaciones para estudiantes, cromos de futbolistas, carteles vintage, tiendas de 'compro oro' o cartones olvidados en cualquier calle de cualquier ciudad.  Insolencia y rebeldía desembocan en un arte irónico, sutil y alegórico de dos artistas que toman la sociedad como musa y el nihilismo como motor.




L.F.

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